Jordi Palli siempre ha tenido habilidad en reencontrar la palabra que habita encallada en los objetos encontrados, amontonados o perdidos, básicamente en este entorno rural que le atrae y que admira.
Mirando estos objetos surgidos de la nada nos encontramos de nuevo con el universo perdido del juego, donde hay que saber transformar la forma objetiva en fantasía y saber vislumbrar más allá de la realidad que se deja tocar (…)